Es un hecho que en la actualidad, cada vez esta más claro por razones diversas que el futuro de la automoción pasa por un cambio de paradigma hacia el coche eléctrico en alguna de sus formas. De hecho solo algunas limitaciones técnicas que se solventarán en los próximos años, han impedido la explosión demográfica de este tipo de coches.
Si bien es cierto que hay distintos tipos de coches eléctricos, lo hay eléctricos puros, es decir funcionan con unas baterías más o menos tradicionales que requieren de su carga periódico en algún punto de recarga, y existen los eléctricos de “pila de combustible” que requieren de recargas periódicas de hidrógeno, aunque esta tecnología todavía esta en fase beta. En cualquier caso requieren de un “repostaje”.
Es un hecho que en la actualidad, cada vez esta más claro por razones diversas que el futuro de la automoción pasa por un cambio de paradigma hacia el coche eléctrico en alguna de sus formas. De hecho solo algunas limitaciones técnicas que se solventarán en los próximos años, han impedido la explosión demográfica de este tipo de coches.
Si bien es cierto que hay distintos tipos de coches eléctricos, lo hay eléctricos puros, es decir funcionan con unas baterías más o menos tradicionales que requieren de su carga periódico en algún punto de recarga, y existen los eléctricos de “pila de combustible” que requieren de recargas periódicas de hidrógeno, aunque esta tecnología todavía esta en fase beta. En cualquier caso requieren de un “repostaje”.
El mayor hándicap para la expansión de este tipo de coches ha sido siempre el tiempo de recarga, en el caso de los de pila de hidrógeno este problema es menor, pero en los eléctricos tradicionales el problema es acuciante y hasta ahora ha hecho inviable la implantación de puntos de recarga en las gasolineras. Este problema parece estar próximo a terminarse ya que las innovaciones que están surgiendo como las baterías de grafeno, prometen acabar con el problema ofreciendo cargas rápidas en pocos minutos.
Las gasolineras inevitablemente se adaptarán a este nuevo paradigma y en los próximos años veremos una proliferación de puntos de recarga rápida eléctrica y probablemente también puntos de carga de hidrógeno en las mismas. En Japón las 4 petroleras más grande del país ya han comenzado a instalar estos puntos de recarga en las gasolineras y ofrecen “tarifas planas” mensuales, es decir por un precio fijo mensual podrás recargar tu coche eléctrico de manera ilimitada en cualquier gasolinera de una de estas empresas.
Pero no solo del combustible vive hoy día una gasolinera, lo cierto es que por algo se las conoce ya como “estaciones de servicio” y así quieren las petroleras que se las llame, puesto que hacia este modelo de negocio apuntan, una manera de diversificarse ante el riesgo de una reducción de los ingresos provenientes de la propia venta de combustible, y es que como todos sabemos la electricidad será mucho más barata para los usuarios que la gasolina. Hoy día casi el 50% de los beneficios de una estación de servicio media, provienen de las ventas en su tienda. Cada vez es más común encontrarnos en las tiendas de estas estaciones con todo tipo de productos, de hecho hoy día las tiendas de las gasolineras parecen auténticos supermercados en los que podemos encontrar cualquier tipo de producto, desde toallitas húmedas, pan, legumbres, aceite, dulces, café listo para tomar, pen drivers, cargadores o incluso un casco de realidad virtual.
El futuro pues, de las gasolineras pasa por potenciar aun más el negocio de la tienda, convirtiéndose en un punto de referencia para la compra de productos de última hora, análogo a las tiendas de 24 horas, sumado a una diversificación de servicios relacionados con el automóvil y la inclusión de nuevos “combustibles” es decir puntos de recarga eléctrica y de hidrógeno, y en su caso añadir otros tipos de “combustibles” que pueden llegar a tener un uso en el futuro, como el gas licuado, el aire comprimido, etc.
Si bien es cierto que hay distintos tipos de coches eléctricos, lo hay eléctricos puros, es decir funcionan con unas baterías más o menos tradicionales que requieren de su carga periódico en algún punto de recarga, y existen los eléctricos de “pila de combustible” que requieren de recargas periódicas de hidrógeno, aunque esta tecnología todavía esta en fase beta. En cualquier caso requieren de un “repostaje”.